CUBA
– USA / USA – CUBA.
El
restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados
Unidos ha sido y será, un proceso largo que no termina con la
apertura de las embajadas. A partir de ahora vendrán las verdaderas
complicaciones como dar cabida y solución a las reclamaciones que
ambas partes exigen o deben exigir. Cuba ya ha expresado claramente
sus deseos de recibir una compensación económica por las perdidas
ocasionadas por el “bloqueo” embargo; la devolución de la base
Naval de Guantánamo, entre otras. Por su parte el Gobierno
Norteamericano o la Administración Obama que ha dado este importante
paso para cambiar las relaciones que existían entre los dos países,
no ha modificado su discurso. Por un lado tiene el osadía de
practicar concesiones en su política, pero por otro no modifica el
discurso de sus exigencias. Habría que otorgar el voto de la duda,
no se por cuanto tiempo: 100 días, medio año, un año y comprobar
si las concesiones han dado algún resultado. De todas formas será
interesante seguir la evolución del proceso.
En
cuanto a las exigencias de ambos gobiernos podemos estar de acuerdo o
en desacuerdo. Cuba puede reclamar lo que quiera, otra cosa es que se
le conceda lo que exige. Sin embargo, el Gobierno Cubano debería
partir de la base de que históricamente, Cuba y los cubanos estamos
en deuda profunda con los Estados Unidos.
La
historia es una herramienta que se presta a muchas interpretaciones y
manipulaciones. Podemos hacer un listado de agravios librados por los
Estados Unidos en Cuba, pero también de los beneficios obtenidos por
la cercanía geográfica e interese comunes y sentimientos de
admiración conjunta. De ahí que exista una leyenda Rosa y otra
Negra. Los mas de cuatrocientos años de dominación, explotación y
guerra con España, no han impedido unas magnificas relaciones entre
los dos países. La historiografía nos habla mas de los fuertes
vínculos histórico - culturales que nos unen, que de las posibles
desavenencias ocasionadas como resultado de la conquista, dominación
y explotación. Es un burdo ejemplo de cómo se puede hacer historia.
Las relaciones con Estados
Unidos no están exentas de estas mal -interpretaciones. Durante el
siglo XIX, cuando mas evidente se hizo el sentimiento de frustración
con el sistema colonial español, parte de la oligarquía criolla
residentes en Estados Unidos, impulsaron un fuerte movimiento
anexionista del que entre los aspectos mas destacados encontramos la
publicación en New York del diario “La Verdad” dirigido por
Gaspar Betancourt Cisneros “El Lugareño”. Su biografía es un
ejemplo de los vínculos que siempre han existido entre Cuba y
Estados Unidos; donde los jóvenes viajaban al Norte para completar
su formación académica. Este hecho aparentemente insignificante es
un reflejo de la admiración que profesaban los cubanos por una
nación que se había independizado de su metrópolis y establecido
un sistema de gobierno respetuoso con las libertades personales y de
progreso económico. El caso del Lugareño no es un hecho aislado,
por esas fechas y en los sucesivos años, la presencia de cubanos,
muchos de ellos nacionalizados americanos, es una constante que vamos
a encontrar hasta nuestros días. Otro hecho altamente polémico es
el diseño de la bandera cubana inspirada en la bandera de Texas
siguiendo un patrón lógicamente anexionista. El encargo fue hecho
por Narciso López de Urriola a Miguel Tuerbe Tolón. Narciso López,
militar español, nacido en Caracas que después de las guerra de
independecia
suramericanas se vio desplazado a Cuba donde contrajo matrimonio con
la hermana del Conde de Pozos Dulces. Este hecho aparentemente
insignificante es un reflejo de la época, donde los oficiales
españoles certificaban alianzas matrimoniales con la aristocracia
criolla. Ambos intereses se complementaban: el poder político en
manos de los militares peninsulares y el poder económico en manos de
la aristocracia criolla. Narciso López organizó varias expediciones
a Cuba, financiadas por los estados sureños esclavistas, hasta que
finalmente fue apresado y ejecutado en el garrote vil en La Habana
el 1 de septiembre de 1851. Según la historiografía, sus ultimas
palabras fueron:
“Mi
muerte no cambiará los destinos de Cuba”
El
movimiento anexionista se prolongó aproximadamente hasta la década
de 1860, cuando los Estados Unidos se vio enfrascado en la Guerra
Civil. El anexionismo como movimiento político desapareció pero los
sentimientos de admiración entre ambos países perduraron. A
inicios de la década del 1870 un polémico acontecimiento que aun no
ha sido estudiado en profundidad por la historiografía, nos descubre
al entonces Regente de España: Joan Prim i Prats, estudiando y
valorando muy seriamente una oferta de compra – venta de la Isla de
Cuba por los Estados Unidos. Los detalles de esta operación aun
están por esclarecer. Supuestamente el dinero iba ser aportado por
la aristocracia criolla desplazada y radicada en los Estados Unidos,
enfrentada abiertamente al poder militar español.
Como
una premonición, las ultimas palabras de Narciso López marcaron que
los destinos de Cuba, independiente o no, iban a permanecer
fuertemente ligados a los Estados Unidos.
Durante
las guerras de independencia es ampliamente conocido el papel que
jugó los Estados Unidos: cuantos cubanos emigraron o fueron
deportados a Norteamérica; cuantas campañas y expediciones fueron
planeadas y financiadas desde los Estados Unidos y al final la
intervención en 1898. Desafortunadamente la historiografía cubana
es muy critica con el período de intervención norteamericana
1898-1902. Pero la verdad es que modernizaron las estructuras
heredadas de la etapa colonial. Se transformó todo lo relacionado
con las formas de gobierno, justicia, hacienda, obras publicas,
sanidad y educación. El mérito no es exclusivo de los
norteamericanos sino también de los propios cubanos que demostraron
una madurez acerca del conocimiento de las verdaderas necesidades del
país después de tantos años de guerra. Dentro de estos avances o
progresos no se puede obviar que existían ciertos intereses por
parte de la nueva administración por americanizar al máximo posible
la isla con vistas a una posterior anexión. Para el presidente
McKinley Cuba debía estar unida a los Estados Unidos por singulares
lazos de intimidad y firmeza.
La anexión no fue posible, los sentimientos nacionalistas eran muy
fuertes y los norteamericanos se tuvieron que conformar con la
Enmienda Platt.
El
resto hasta 1959 es historia. Cuba se convierte en uno de los
principales aliados políticos y económicos de los Estados Unidos.
Hay un flujo en ambas direcciones de intereses, mercancías,
personas, elementos culturales y todo lo habido y por haber. Ninguna
nación latinoamericana se acercó mas al american way of life como
Cuba, principal consumidor de los productos norteamericanos. A veces
para conseguir una anexión no hacen falta tratados políticos entre
los gobiernos, basta con una fuerte influencia cultural e importación
de bienes de consumo. Esto es lo que sucedió con Cuba hasta 1959.
Con
la revolución castrita se empezó a escribir otra historia
ampliamente conocida. A partir del primero de enero del 59, como
resultado del odio personal que Fidel siente por todo lo
norteamericano, convirtió a los Estados Unidos en el archienemigo y
a la fuerza busco la forma de sovietizar a la sociedad cubana sin
lograrlo. El flujo migratorio desde el 1959 hasta nuestros días no
se ha detenido y hoy el número de ciudadanos cubano – americanos
es mas alto que nunca. La presencia de Cuba en los Estados Unidos hoy
es mas fuerte que nunca. No se trata solo del éxito empresarial de
muchos cubano-americanos; o la representación cada vez más común
de deportistas en la liga de béisbol profesional; o la tradicional
influencias en la música, las artes plásticas, la literatura, sino
también con dos posibles candidatos a la presidencia del país de
origen cubano. Esto nos permite afirmar que tanto tiempo de
propagación de odio y enfrentamiento, por parte del Gobierno Cubano
no ha
servido para nada. Aun no esta claro quien a capitulado, si Cuba o
los Estados Unidos, para muchos ha sido la administración Obama.
Pero aun está por ver como evoluciona este proceso.
Si
realmente la apertura de embajadas fuera una forma encubierta por
americanizar aun más la Isla y conseguir con ello no solo una
apertura democrática, sino una forma de acercar más físicamente la
Isla con fines de anexar el territorio el día de mañana, (esto
ultimo es una fantasia personal).
Pues estaría bien que Cuba se viera obligada a aceptar que todos
aquellos ciudadanos cubano – americanos nacionalizados o no, puedan
participar en unas elecciones democráticas independientemente de su
lugar de residencia. Tantos años exigiendo a los cubanos viajar a la
Isla con pasaporte cubano, que ahora tendría que consentir los
derechos que ellos conlleva: admitir la doble nacionalidad y permitir
su participación en unas elecciones democráticas.
Si
por azares de la historia, ahora que se han puesto de moda los
plebiscitos por independizarse o anexarse a un territorio vecino;
alguien con fines políticos retomara el discurso anexionista de los
cubanos a mediados del XIX, sin duda obtendría un número importante
de afiliados, porque definitivamente la solución de Cuba, pasa por
la americanización de la Isla. Otra cosa sería que los Estados
Unidos estuviera interesado en ello. El destrozo Castrista es de
tales dimensiones que no hay presupuesto suficiente para en los
próximos 500 años ver consensuado el sueño de Narciso López y
muchos otros valientes cubanos que pusieron por delante los intereses
de la isla a los intereses nacionalistas e independentistas.
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