miércoles, 13 de octubre de 2010

Academia de Historia de Cuba


Reconozco que me ha cogido completamente por sorpresa la noticia del la reapertura de la Academia de Historia. Incluso estuve buscando en el diccionario cual sería la palabra correcta para definir lo que he sentido puesto que sorpresa cubre solo parcialmente mi primera impresión. Quizá atónito o anonadado sea más correcto, pero tampoco abarca en su totalidad mi reacción con la noticia.

Por una parte ya tocaba, pero no estoy de acuerdo con que sea una reapertura. Reapertura por ejemplo, es cuando cerramos temporalmente por reformas un edificio u oficinas y volvemos a abrir superadas las obras las nuevas instalaciones. Una Academia cerrada prácticamente 40 años no se puede reabrir de la noche a la mañana. Solo podemos hablar de reapertura si la Academia sigue fiel a la tradición de la fundada en agosto de 1910 y dudo que la primera academia, la original, se creara por órdenes del Consejo de Estado que entonces no existía, y menos aun por el Gobierno de la época que seguro no intervino para nada a pesar de que entre los miembros fundadores de la academia, hubiese destacados representantes de la política e historia de Cuba.

Los gobiernos siempre han sentido una especial debilidad por la historia. Los gobernantes son amantes de la adoración y les gusta verse retratados en los anales de la historia como grandes hombres. Muchas veces sus actos responden más a anhelos de grandeza que a verdaderos intereses de los gobernados. Esta actitud generalizada hacia la historia la ha convertido en ciencia habitual de la manipulación. El refrán de conocer el pasado para interpretar el presente es un cuento chino donde en realidad reinterpretamos el pasado para justificar el presente. Ahí tenemos a Marielita Castro afirmando que el verdadero culpable de la homofobia y los campamentos de la UMAP sea el colonialismo español. Este es sólo un ejemplo y como este hay miles en la historia de Cuba, pero no por ello vamos a desestimar la historia como un bien común. Soy historiador y a ella me debo así que de momento, a pesar de sus particularidades en la “reapertura” doy a la Academia de Historia mi voto de confianza.

Comprendo cuán difícil lo tienen sus miembros que pretenden hacer de la institución, según se desprende de las declaraciones del señor Homero Acosta, un centro autónomo y de carácter nacional. En Cuba sabemos por experiencia que autonomía no tienen ni las empresas mixtas de capital extranjero. Así que sugiero estar muy atentos para ver cómo es capaz la junta directiva de dotar al centro de la libertad o autonomía necesaria para la creación o gestión. Sin libertad, es muy difícil expresarse con independencia, pero como he dicho antes, mi voto ya lo tienen, solo deseo que a pesar de ser el gobierno el principal y único promotor del proyecto, no se convierta la Institución en una sucursal mas del mismo como ya lo es el Instituto de Historia de Cuba o la Unión de historiadores de Cuba.

Sé que estoy pecando de ingenuo, pero como a los nuevos gobiernos, démosle 100 días a ver que acontece. Superado el plazo podremos hablar con mas fundamento de todo esto, quizá entonces nos demos cuenta que esto no ha sido más que una medida de carácter económico para empezar a reubicar parte de los recientemente despedidos funcionarios, y en el peor de los casos, para el Gobierno lógicamente, es que estemos ante un acto desesperado del mismo por rescatar y sumar adeptos. Personalmente me tomo lo peor por mucho que intenten camuflar el acto detrás de palabras como reafirmación de valores e identidad nacional. De ser cierto esto último, me atrevería a afirmar que estamos en presencia de los últimos aldabonazos; porque recurrir a la Historia para salvar la Revolución, significa que todas las demás opciones se han agotado, la crisis de valores llega a todas las esferas y solo les queda la historia, más que la historia, la manipulación de la historia.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Amigo, me acabo de enterar de esa reapertura por ti. Solamente me viene a la mente esta frase: Dios nos coja confesados. Y me pregunto, sabiendo la triste respuesta: ¿Recogerán esos historiadores la deportación masiva de los disidentes pacíficos cubanos a España y otros paises con el apoyo del Cardenal? ¿Aparecerarecerá en algun libro ilustre la reciente golpiza a dos de las Damas de Blanco? Tu le das cien dias para que empiecen a aflorar los indicios de su estratagema, y yo digo lo mismo, vivir para ver. A nosotros que cuentos nos van a hacer. Buen finde y gracias por tu análisis. Mara

Unknown dijo...

Buenas, ya te tengo fichado en el reader... ahora a trabajar! ;) me lo guardo y voy a leerlo poco a poco! :D