El 15 de mayo de 1960 se reunieron estos dos personajes y por lo que he podido leer el encuentro no llegó ni a las dos horas de duración. A pesar de ello se están celebrando en Cuba una serie de homenajes y eventos conmemorativos de aquel encuentro como si de ello algo positivo resultó para la historia de Cuba. Fidel se dió publicidad con Hemingway, lo que demuestra que era y siguió siendo un maestro en el uso de los medios de comunicación para hacerse notar y conseguir mas renombre. Pero como esto no se puede contar en los medios oficiales, hay que limitarse a contar que en Cuba el autor norteamericano encontró la inspiración para sus más grandes novelas y Bla Bla Bla, perdonen pero es que Hemingway tampoco es santo de mi devoción. De todas formas lo que no quieren reconocer en todo esta parafernalia es que realmente La Habana que enamoró a Hemingway en su viaje de regreso a Estados Unidos procedente de Europa y que le obligó a volver al cabo de nada para alojarse primero en el hotel Ambos Mundos y mas tarde adquirir una vivienda según cuentan por capricho de su segunda esposa, pero que de hecho se convirtió en su residencia habitual hasta prácticamente el final de sus días, esa Habana y el resto del país fue totalmente destruido, aniquilado, arrasado por esa misma persona con la cual se reunió. Porque no se puede decir que la destrucción fue parcial. Hoy no queda nada de La Habana que enamoró a Hemingway y no solo a el sino a casi todo el que entonces pisaba Cuba.
Este es el verdadero legado de los Hermanos Castro.